Los pictogramas que alguna vez estuvieron presentes en las líneas 1 y 2 del Metro de Santiago, además de aquellos que se planificaron para la futura línea 5, constituyeron una forma muy simbólica de representar las estaciones desde los inicios del sistema. Su diseño fue realizado por Jaime Escudero Sanhueza, arquitecto, dibujante e ilustrador chileno, quien recibió el encargo de Metro como un complemento decorativo, pero también con un profundo sentido histórico: reflejar la identidad y el significado de cada estación.
Estos pictogramas, además, cumplían una función práctica en una época en que muchas personas no estaban familiarizadas con la lectura, ofreciendo una referencia visual clara para orientarse dentro del sistema y reconocer con facilidad el entorno asociado a cada parada.
Con el paso del tiempo y las sucesivas modernizaciones del Metro, los pictogramas fueron desapareciendo. Probablemente dejaron de cumplir un rol funcional, ya que la identificación de las estaciones comenzó a reforzarse mediante anuncios sonoros y señaléticas más simples. También pudo tratarse de una decisión estética, buscando un diseño más uniforme, moderno y minimalista.
Décadas después, con la inauguración de las líneas 6 y 3, los pictogramas regresaron como un homenaje a esa tradición visual, aportando nuevamente una dimensión simbólica y artística al entorno del transporte público. En esta oportunidad, su creación estuvo a cargo del diseñador Sergio Ramírez Flores, quien fue comisionado por Metro para desarrollar una nueva propuesta inspirada en los trabajos originales de Jaime Escudero Sanhueza, manteniendo así la continuidad y el espíritu gráfico del proyecto original.
"Según Sergio Ramírez Flores, los nuevos pictogramas de las líneas 3 y 6 del Metro de Santiago se basaron en los antiguos pictogramas creados por Jaime Escudero Sanhueza, un dibujante de historietas de gran trayectoria. Sanhueza se inspiró en los icónicos diseños de los pictogramas de las Olimpiadas de Múnich 1972, del Metro de Ciudad de México y en los pictogramas universales AIGA-DOT, con un objetivo claro: que cualquier persona, incluso quienes no dominen el idioma, pudiera identificar fácilmente en qué estación se encontraba, gracias a un elemento representativo de la zona donde se ubica cada estación."
Para entender mejor su utilización explicare brevemente porque se utilizaron esta forma de diseño en el Metro de Santiago.
Los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 marcaron un antes y un después en la historia del diseño gráfico. Bajo la dirección del diseñador alemán Otl Aicher, la organización de los juegos encargó la creación de un sistema de pictogramas capaz de comunicar sin palabras, guiando a miles de visitantes de distintos idiomas y culturas a través de los recintos deportivos y espacios públicos.
El sistema AIGA-DOT es un conjunto de pictogramas universales diseñados para que cualquier persona, sin importar su idioma, pueda entender señales en transporte y espacios públicos. Sus símbolos son simples, claros y fácilmente reconocibles.
Este enfoque no solo facilitaba la orientación, sino que transformaba los pictogramas en pequeños relatos visuales de la ciudad, conectando arte, cultura y funcionalidad en cada diseño.
Para esta reseña revisaremos las 24 estaciones iniciales de la Línea 1 del Metro de Santiago, las cuales tuvieron una simbología inspirada en elementos del entorno: calles, avenidas, monumentos, estructuras o, simplemente, en recuerdos de lo que alguna vez existió en esos lugares.
Con el fin de hacer la lectura más clara y entretenida, cada estación se presentará su antigua cenefa con su nombre, (en algunos casos puede corresponder a una estación de combinación, por ejemplo, entre las líneas 1, 2 o 3, etc.), seguida de su pictograma, una breve reseña histórica, la razón de su símbolo y alguna curiosidad destacada. Finalmente, se incluirá la fecha de inauguración de cada una.
La estación toma su nombre de la avenida San Pablo, antiguamente llamada Violeta Parra, en honor a la destacada cantautora y folclorista chilena, cuyo nombre fue cambiado por decisión de la junta militar tras 1973. Está dedicada al apóstol Pablo de Tarso y se ubica sobre el antiguo camino que unía Santiago con Valparaíso. Su pictograma representa a los antiguos vendedores ambulantes que recorrían el sector con canastos repletos de mercadería, iluminando su camino con una linterna. Esta imagen rinde homenaje a la vida comercial tradicional del barrio y al espíritu popular que dio identidad a la zona desde sus primeros años.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975 (Línea 1) – 3 de marzo de 2000 (Línea 5).
La estación recibe su nombre de la avenida homónima, dedicada al dios romano del mar, Neptuno. Su pictograma muestra un tridente, símbolo característico de esta divinidad, acompañado de dos peces que evocan la abundancia y el movimiento del océano. La imagen refuerza el vínculo entre el nombre de la avenida y la figura mitológica que la inspira, integrando arte y significado en un solo emblema.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación toma su nombre de la avenida homónima, denominada así desde al menos el siglo XIX por la abundancia de aves que habitaban sus campos y arboledas —como zorzales, chincoles y tórtolas—. En aquel entonces, existía un camino rural que conducía hacia las haciendas y chacras ubicadas al poniente de Santiago, por donde transitaban carretones cargados de semillas, que las aves aprovechaban para alimentarse de los granos que caían al suelo. El pictograma muestra tres aves en pleno vuelo, evocando el paisaje natural y campestre que caracterizó al sector en tiempos pasados.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación recibe su nombre de la avenida homónima, cuyo origen se remonta a un antiguo fundo del sector, propiedad de la familia Rivas, conocido como Las Rejas por las empalizadas y cercos que delimitaban su terreno. Con el paso del tiempo, este nombre se mantuvo en la avenida y finalmente fue adoptado por la estación del Metro, preservando así una parte de la historia local en su identidad urbana.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación toma su nombre de la avenida homónima ubicada en sus cercanías. Su pictograma muestra una estilización del sol que aparecía en los estandartes de la antigua Audiencia de Quito, acompañado por una línea central que representa simbólicamente la Línea del Ecuador, evocando el punto donde el mundo se divide en dos hemisferios.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación recibió originalmente el nombre de Pila del Ganso, en alusión a la fuente ubicada en el bandejón central de la Alameda, en la intersección con las avenidas General Velásquez y Toro Mazotte. Su pictograma muestra una versión simplificada de la escultura clásica El Niño de la Oca, obra atribuida a Boeto de Calcedonia (siglo II a. C.), que inspiró el diseño de la fuente. Tras la canonización del sacerdote jesuita San Alberto Hurtado, la estación adoptó su nombre actual en homenaje a su labor social y a la proximidad del Hogar de Cristo, institución fundada por él.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación fue inaugurada originalmente con el nombre de Universidad Técnica del Estado, adoptando como pictograma el heraldo corporativo de dicha institución. En 1981, la universidad pasó a llamarse Universidad de Santiago de Chile, y la estación actualizó su nombre para reflejar este cambio. Aunque el heraldo dejó de utilizarse oficialmente, se mantuvo como pictograma, preservando así la referencia histórica a la casa de estudios que le dio origen.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación se encuentra junto a la Estación Central de Ferrocarriles de Santiago, de la cual toma su nombre. Su pictograma representa una locomotora clásica, símbolo del origen ferroviario del sector. Con la llegada del Metro, el lugar se consolidó como un importante polo comercial y de tránsito de pasajeros, lo que contribuyó al desarrollo urbano y a la creación de la comuna de Estación Central en 1985.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación toma su nombre de la calle cercana Unión Americana, incorporando el prefijo “Latino” para resaltar la identidad continental. Su pictograma muestra un rostro de cerámica incaica, en alusión al patrimonio precolombino de América y a la diversidad cultural del continente. Curiosamente, la estación fue proyectada originalmente con el nombre Unión Latinoamericana (U.L.A.), pero debido a una confusión en su ubicación inicial (esta salida se cambió de lugar), ya que en realidad no se encuentra en dicha calle.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación toma su nombre del cruce entre la Alameda Bernardo O’Higgins y la avenida República, aunque no se ubique exactamente en esa intersección. Su pictograma presenta una simplificación del escudo nacional, en alusión directa a la República de Chile. Se encuentra próxima al Barrio Universitario de República y al Barrio Concha y Toro, cerca de la avenida Cumming, lo que la conecta con diversas universidades y colegios emblemáticos del sector.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
La estación rinde homenaje a los 77 Héroes de La Concepción, caídos durante la Guerra del Pacífico, cuyo monumento se levanta sobre sus instalaciones. Su pictograma muestra una antorcha memorial, símbolo universal del recuerdo y la valentía de quienes dieron su vida por el país. La estación se conecta con la Autopista Central, que atraviesa Santiago de norte a sur, y se emplaza en un sector donde aún se conservan vestigios del antiguo casco histórico de la ciudad.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975 (Línea 1) — 31 de marzo de 1978 (Línea 2).
La estación recibe su nombre de la antigua Casa de la Moneda de Chile, hoy conocida como el Palacio de La Moneda, sede del Gobierno y de los presidentes de la República. Su pictograma representa una moneda antigua con un cóndor de alas extendidas, evocando las piezas históricas acuñadas antes del cambio al peso actual. Este emblema aún puede apreciarse en las instalaciones de la Casa Central del Banco Central de Chile, como testimonio de la tradición monetaria nacional.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975.
En el cruce de la Alameda con las calles Ahumada y Serrano se ubica la estación Universidad de Chile, denominada así por su proximidad a la histórica Casa de Bello, sede principal de la universidad homónima. Su pictograma no podía ser otro que el clásico “chuncho” (desde 2019 el pictograma es el frontis de la casa de estudios), emblema institucional que representa al ave de Atenea, diosa griega de la sabiduría y el conocimiento. Esta estación marca la entrada al corazón de Santiago, un punto donde confluyen comercios, bancos, restaurantes e instituciones públicas, reflejando el pulso dinámico y diverso del centro de la capital.
Inauguración: 15 de septiembre de 1975 (Línea 1) — 22 de enero de 2019 (Línea 3)
Frente a la Biblioteca Nacional, la estación cuenta con accesos en los cruces de la Alameda con Santa Rosa–Mac Iver y en los empalmes de San Isidro y Miraflores. Su pictograma es de carácter floral, en homenaje a las áreas verdes del Cerro Santa Lucía, transformado en parque gracias a la visión del intendente Benjamín Vicuña Mackenna. Antiguamente conocido como Cerro Huelén, este lugar siempre se destacó por su abundante flora, inspiración que se refleja en el pictograma, aunque hoy no se conserve con certeza su diseño original.
Inauguración: 31 de marzo de 1977.
La estación debe su nombre a su cercanía con la Universidad Católica, y en su otra salida conecta con el Centro Cultural GAM (antiguo edificio de la UNCTAD III y Diego Portales). Su pictograma representa la emblemática estatua de Cristo con los brazos abiertos que corona la fachada universitaria, evocando la conocida imagen del Cristo del Corcovado en Brasil. Esta figura ha sido un símbolo recurrente en la identidad visual de la universidad, reflejando apertura, fe y conocimiento compartido.
Inauguración: 31 de marzo de 1977.
Ubicada en el cruce de la Alameda con Vicuña Mackenna, donde comienza Providencia, la estación corresponde a la Plaza Baquedano, conocida popularmente como Plaza Italia. En el centro de la plaza se alzaba la estatua ecuestre del general Manuel Baquedano, héroe de la Guerra del Pacífico. Curiosamente, su pictograma no representa al general, sino la silueta de un soldado del conjunto escultórico creado por Virginio Arias, que custodia la base del monumento. Esta plaza es un punto neurálgico de Santiago, escenario de celebraciones, encuentros y diversas expresiones ciudadanas.
Inauguración: 31 de marzo de 1977 (Línea 1) — 5 de abril de 1997 (Línea 5)
La estación Salvador toma su nombre de la avenida homónima, próxima al histórico Hospital del Salvador, inaugurado en 1871 para enfrentar la epidemia de cólera que afectó a la ciudad. Su pictograma, sencillo y claro, se inspira en el símbolo universal de la medicina, reflejando la vocación sanitaria del sector. A lo largo de esta avenida se concentran diversas instituciones dedicadas a la salud —clínicas, hospitales, centros médicos y laboratorios— consolidando su identidad como un eje vital de atención y bienestar.
Inauguración: 31 de marzo de 1977.
Ubicada en la calle Manuel Montt, en honor al expresidente de la República, la estación se encuentra próxima a avenida Providencia. Originalmente estaba prevista para llamarse “Estación del Mercado”, debido a la presencia del antiguo Mercado de Providencia, pero antes de su inauguración se adoptó el nombre actual. Su pictograma también evolucionó: pasó de representar símbolos de mercado, luego dos simples “M”, hasta llegar al diseño actual, que integra las iniciales del presidente, la estola presidencial y la piocha de O’Higgins, emblemas que representan el poder y la autoridad republicana.
Inauguración: 31 de agosto de 1980.
La estación Pedro de Valdivia toma su nombre de la avenida homónima, que atraviesa este dinámico sector cívico de Providencia. Su pictograma se inspira en la icónica estatua ecuestre del conquistador español, con el caballo sin riendas, ubicada frente a la Municipalidad de Santiago. En sus alrededores se encuentran la Corporación Cultural de Providencia y la propia Municipalidad, convirtiendo la zona en un punto de encuentro entre historia, arte y vida urbana.
Inauguración: 31 de agosto de 1980.
La estación se encuentra entre las avenidas Providencia y Los Leones. Su pictograma hace referencia a los dos leones de bronce que dan nombre al sector, donados a la ciudad por la familia Lyon. Aunque existe un mito urbano que sostiene que fueron traídos desde Lima como botín de la Guerra del Pacífico, la historia real es mucho más local. En las últimas décadas, este entorno se ha consolidado como un importante polo comercial y urbano, caracterizado por su actividad y modernidad.
Inauguración: 31 de agosto de 1980 (Línea 1) — 2 de noviembre de 2017 (Línea 3).
La estación Tobalaba se encuentra junto a la avenida del mismo nombre, un activo polo comercial y sede de uno de los edificios más altos del país: el Costanera Center. Su pictograma, de diseño abstracto, representa la Cruz Andina o Chakana, un símbolo ancestral de las culturas precolombinas. Aunque el lugar no se ubica en el norte del país, este emblema rinde homenaje a los pueblos originarios. El nombre “Tobalaba” proviene del mapudungun Tobalawe, que significa “lugar de topa-topa”, en referencia a una flor amarilla que antiguamente abundaba en la zona.
Inauguración: 31 de agosto de 1980 (Línea 1) — 30 de noviembre de 2005 (Línea 4).
La estación Escuela Militar se encuentra junto a la escuela que le da nombre, en el nudo vial formado por la intersección de avenida Apoquindo (altura 4500) y Américo Vespucio, en la comuna de Las Condes. Su pictograma muestra la silueta de un cadete con uniforme de gala, símbolo representativo de la institución y su tradición formativa.
La idea de agregar pictogramas a las estaciones de metro está de vuelta, y no podría ser más acertada. Estos símbolos no solo le dan identidad a cada estación, sino que también funcionan como una herramienta visual que ayuda a los pasajeros a recordarlas fácilmente, incluso si no conocen bien la ciudad.
Algunas líneas ya han explorado esta estrategia con éxito: las líneas 3 y 6 cuentan con pictogramas que reflejan la historia, el entorno o elementos característicos de sus respectivas estaciones. Sin embargo, muchas otras líneas podrían beneficiarse de esta iniciativa. Sería ideal que los pictogramas regresaran a las líneas 1 y 2, y que se implementaran aquellos que alguna vez se diseñaron para la línea 5, pero nunca llegaron a aplicarse.
Recuperar esta tradición no solo mejoraría la experiencia de los usuarios, sino que también reforzaría la identidad cultural del Metro, transformando cada estación en un punto de referencia único, cargado de historia y significado. Es un detalle que parece pequeño, pero que puede hacer que la ciudad sea más fácil de recorrer y más memorable para todos.
Espero que hayas disfrutado dejando la pregunta ¿las recuerdas? Nos vemos hasta la próxima y terrorífica reseña.
Se me habian olvidado, siempre los miraba y me gustaban, buen recuerdo
ResponderBorrarHola
BorrarGracias esa es la idea, se viene más temprano que tarde una segunda parte.
Saludos